La Máquina Humana

El ego, la esencia y la personalidad conforman la composición psíquica del ser humano.

Mas esos componentes necesitan de un cuerpo a través del cual puedan manifestarse.

Ese es el cuerpo humano, realmente complejo y maravilloso. Vamos a estudiar algunos aspectos básicos de la máquina humana, para poder conocerla y llegar a dominarla.

La estructura psíquica es muy importante para el autoconocimiento. La máquina humana consta de 5 centros: intelectual, emocional, motor, instintivo y sexual.

Los tres últimos se agrupan, quedando resumidos en tres cerebros: intelectual, emocional y motor.

El centro intelectual se ubica en la cabeza y regula el proceso del pensar, el razonamiento, la imaginación, etc.

El centro emocional se ubica en el plexo solar, en el corazón, y regula las emociones, ya sean agradables o desagradables.

El centro motor se ubica en la parte superior de la espina dorsal y regula el movimiento, la acción.

El centro instintivo se ubica en la parte inferior de la espina dorsal y regula las funciones instintivas.

Por último, el centro sexual se ubica en los órganos sexuales y regula las funciones sexuales y reproductoras.

Cada uno de los centros tiene una velocidad determinada. El orden de velocidad de más rápido a más lento sería el siguiente: 1º sexual (más rápido), 2º emocional, 3º motor-instintivo, 4º intelectual (más lento).

De cada centro podemos hacer un uso correcto o un uso incorrecto (abuso).

El centro intelectual puede usarse para la lectura, el razonamiento, la reflexión, la imaginación positiva, etc., que serían usos correctos del mismo; pero también se puede hacer un abuso de este con las preocupaciones, fantasías, charlas internas, críticas, etc.

De la misma manera ocurre en cada uno de los centros de la máquina humana.

El uso del centro emocional son las emociones que se expresan en un dialogo, cuando escuchamos música o cuando contemplamos la naturaleza.

Las emociones negativas (celos, odio, resentimientos, estrés, etc.) desequilibran el centro emocional, así como también determinado arte subjetivo de tipo negativo, como, por ejemplo, determinada música que favorece la violencia o las pasiones.

En el centro motor encontramos todas las acciones aprendidas: caminar, correr, nadar, montar en bicicleta, bailar, hablar, escribir, conducir, etc.

Un abuso del centro motor son todos los movimientos mecánicos sin sentido, tensiones, tics nerviosos, así como sobreesfuerzos que desequilibran la máquina.

En el centro instintivo tenemos la sabiduría de la naturaleza, por lo tanto, es un centro que no es preciso enseñar. La respiración, la digestión, las sensaciones son funciones del centro motor.

Sin embargo, si podemos desequilibrar el centro instintivo con hábitos perjudiciales en la alimentación o en la respiración. El abuso del alcohol, el tabaco, las drogas desequilibran el centro instintivo.

En el centro sexual tenemos la energía creadora, capaz de crear la vida y una base energética estudiada a fondo en el tantra hindú. Este centro se desvirtúa cuando existe abuso y desequilibrio en la sexualidad.

El estudio de los centros es fundamental para el autoconocimiento ya que el ego, el yo, el mi mismo, se expresa a través de los cinco centros de la máquina humana. Por lo tanto, si queremos conocernos a sí mismos tenemos que observar los centros.

El uso incorrecto de los centros provoca los tres azotes de la humanidad, que vio el Buda cuando salió del palacio en el que estaba recluido: Enfermedad, vejez, y muerte.

Se dice que morimos por tercios, conforme se agotan los valores vitales que tenemos depositados en los tres cerebros: intelectual, emocional y motor-instintivo-sexual.

El mal uso de los centros de la maquina hace que su energía vital de dicho centro se agote prematuramente.

Cada persona tiene su base su fundamento en un centro determinado. Existen personas con su base en el centro intelectual, existen personas fundamentalmente emocionales y existen personas con su base en el centro motor-instintivo-sexual.

Es interesante descubrir en qué centro tenemos nuestra base. De esta manera podemos empezar el trabajo de equilibrio de los centros.

El verdadero descanso está en el cambio de actividad, lo cual implica cambiar de centro y dejar que los otros centros se recuperen.

¿Cómo se llega al equilibrio de los centros? Viviendo de manera equilibrada y haciendo un uso correcto de los centros.

Los centros de la máquina humana se pueden educar, de manera que vamos cambiando usos incorrectos por otros que sean correctos.

El ser humano también cuenta con dos centros superiores, el intelectual superior y el emocional superior. A pesar de que estos centros están en actividad, nosotros no podemos recibir su información si no hemos equilibrado primero los cinco centros inferiores.

En el intelectual superior encontramos ideas arquetípicas de tipo superior que se pueden manifestar en los sueños, o en una experiencia de meditación.

En el emocional superior tenemos sentimientos místicos, devocionales, experiencias de dicha que nos acercan a la verdadera felicidad del alma.

Uno de los objetivos de la meditación es, precisamente, equilibrar los centros inferiores de la máquina humana para poder recibir la información de los centros superiores.

Conforme vamos equilibrando los centros de la máquina humana nuestra calidad de vida va a ir en aumento y nos sentiremos mejor ya que habrá un equilibrio entre el pensar, el sentir y el actuar.

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