Visitas y Excursiones

VISITAS Y EXCURSIONES

El Templo Íbero de la Luz



Todos los grandes Maestros que aparecen por este planeta a enseñar los Misterios de la Naturaleza nos “invitan” a viajar, conocer lugares, culturas y costumbres diferentes para así enriquecernos tanto externa como internamente; más nos encontramos en unos momentos un tanto “raros e inseguros” para realizar esos viajes misteriosos que, casi siempre, asociamos a lugares lejanos y legendarios. Sin embargo, España está llena de parajes misteriosos y maravillosos que nos abrirán la percepción de los sentidos para acercarnos y nutrirnos de la majestuosa Naturaleza y sorprendente Sabiduría de nuestros ancestros. Lugares “al alcance de la mano” que es imposible que nos dejen indiferentes: La Región de Murcia, es una muestra de ello. 

Murcia, tierra árida donde predominan los colores ocres, es una muestra de la multitud de civilizaciones que pasaron por estas tierras dejando indicios más que notables de las culturas, religiones e intercambios culturales que enriquecieron de una forma particular toda esta región.

Murcia, Murtia, Murtea, Myrtea o Mirtea son nombres de una divinidad romana conocida por su asociación con Venus, la Diosa romana del amor, con la que fue posteriormente identificada bajo el nombre de Venus Murcia y muy relacionada con la planta del mirto, muy abundante en esta región, siendo símbolo del amor, la paz y la alegría.

La región de Murcia es un territorio poblado desde muy antiguo debido a su situación mediterránea que la hizo testigo del paso de numerosas culturas y civilizaciones. Dentro de los pueblos prerromanos, destacan los fenicios además del importante desarrollo de la cultura íbera. La llegada de los cartagineses en el siglo III a.C., supuso la fundación de Qart Hadasht (actual Cartagena), convirtiendo a la zona en su principal área de expansión en la península; ante tal auge, empieza la conquista romana para frenar su avance. Posteriormente la invasión musulmana dio prosperidad a la ciudad de Murcia hasta el siglo XIII que fue conquistada por los reyes de Castilla y de Aragón.

Famosa también es la huerta murciana que tiene su origen en la época musulmana, ya que los árabes llevaron a cabo una política hidráulica, construyendo presas o azudes, canales y acequias, e intensificando los cultivos de regadío. Con la conquista cristiana, la población musulmana emigra hacia Granada por lo que la región se vacía; a si que el rey Alfonso X El Sabio realiza importantes repartos de tierras a los cristianos mediante «donadíos» (regalos a la reina o a ciertos nobles) y «heredamientos» (de menor tamaño, cuya consecución implicaba algunas obligaciones como ser vecino de Murcia, participar en su defensa, etc.…). En el siglo XX se construyen seis embalses importantes y surgen nuevos regadíos alrededor de los tradicionales, dedicados sobre todo a la producción de cítricos y frutales de hueso. Además adquieren gran importancia las industrias de conservas vegetales y las derivadas del pimentón y el esparto. En este brevísimo repaso a la historia de Murcia vemos el por qué el ciudadano murciano se siente tan enamorado de su Tierra, nutrida por estas diversas y enriquecedoras culturas. Todavía hoy son poseedores de pueblos y ciudades de gran interés tanto cultural como religioso que la mayor parte de los murcianos conocen y visitan: Caravaca de la Cruz, declarada ciudad santa por albergar la Vera Cruz y de gran importancia en la edad media pues era paso obligado entre el reino de Murcia y el reino de Granada; Murcia con sus palacios árabes, su catedral gótica y su gran Huerta; Cartagena, con infinidad de restos fenicios y romanos diseminados tanto por mar como por tierra sin menospreciar la Sima de las Palomas, situada en Cabezo Gordo, que alberga los restos humanos más antiguos del mediterráneo, (Hombre de Neardenthal, 50.000 años); Lorca, y su castillo del siglo IX, uno de los más grandes de España; Calasparra con el Santuario de la Virgen de la Esperanza, situado en una gruta excavada en la roca y en un paraje natural sorprendente; La Santa de Totana, un Santuario cuyo origen pertenece a los Caballeros de Santiago enclavado en plena Naturaleza, etc., etc...



También tiene varios espacios naturales protegidos: Sierra Espuña, Calblanque, Cabo Cope, los arenales de San Pedro del Pinatar, la sierra de Carrascoy y del Valle,…etc. 

Es esta sierra de Carrascoy y del Valle la que vamos a analizar un poco más en profundidad. Aparte del interés biológico, botánico, de fauna y pulmón de la ciudad de Murcia, este enclave guarda unas joyas de las culturas antiguas que muy pocos conocen. Se han encontrado multitud de fósiles marinos indicando, claramente, que en algún momento de la historia, este lugar estaba cubierto por el mar.



Si le preguntas a cualquier murciano sobre esta cadena montañosa, lo primero que te dice es que ahí está situado el Santuario de La Fuensanta, patrona de la ciudad y a la que se tiene gran devoción. Es barroca del siglo XVII, y según la tradición, durante la Edad Media se construyó una ermita en una cueva ya existente que estaba custodiada por uno de los tantos ermitaños que se habían alojado a lo largo de los tiempos en las oquedades naturales de esta sierra.


Su nombre “Fuente Santa” le viene de la fuente que manaba a sus pies y a cuyas aguas el pueblo atribuye propiedades curativas. 

Más la tradición religiosa de esta sierra es amplia, mágica y muy antigua. Desde tiempos remotos es asiento de diferentes culturas que han tenido especial relación espiritual con el entorno, siendo refugio de numerosos ermitaños que acabaron formando congregaciones todavía existentes en la zona: conventos, santuarios, anacoretas y místicos han pasado por aquí a través de los tiempos. 

Lo cierto es que la Sierra de Carrascoy ofrece más cultura y naturaleza de la que creemos conocer, como el castillo de la Asomada, fortificación andalusí del siglo XII; el Martyrium de la Alberca, mausoleo romano del siglo IV ubicado en una necrópolis perteneciente a la aristocracia provincial y rural romana; o el Templo ibero de la Luz, que no sé porqué, pero su nombre resulta inspirador. Los íberos fueron como llamaron los antiguos escritores griegos a la gente del levante y sur de la península ibérica para distinguirlos de los pueblos del interior, cuya cultura y costumbres eran diferentes.

El Santuario íbero de la Luz es un ejemplo más que comprobado de la influencia griega en este pueblo, adoptando cultos y costumbres a su diario vivir. Es del siglo IV antes de Cristo y está localizado en El Verdolay, a 6 km. de la ciudad de Murcia, ocupando la vertiente Norte de la Sierra de la Cresta del Gallo, permitiendo el control sobre el valle del Río Segura. Estos santuarios siempre están asociados a zonas boscosas, cursos de agua, manantiales, afloramientos de aguas salinas o sulfurosas, donde los influjos de la Naturaleza se hacen más sensibles. 

Es uno de los más importantes de la cultura ibera. Su origen es posible que sea una antigua cueva, hoy en día derrumbada sobre la que se levanta el templo o un pequeño altar hecho como simple montículo de piedras trabadas con barro. Sea como fuere, su existencia es muy valiosa como centro de devoción de la cultura íbera. 






El Templo está situado en un pequeño cerro donde habitaba la Divinidad. Todavía hoy en día se conserva su planta y el camino primitivo o camino litúrgico que conduce al templo, servía como senda preparatoria y de purificación para los fieles. Al comienzo de este camino se conserva también una terraza donde se realizaban bailes y representaciones teatrales en honor a la Divinidad. Se conservan bancos tallados en la roca como descanso y pequeños altares dedicados a diferentes dioses. Como no es de extrañar, muy cercano al templo, se encuentra una gran bañera excavada en la roca relacionada con rituales de purificación. A este templo acudían en procesión los iberos de diferentes lugares en días señalados para rendir culto y pedir protección a dos grandes Diosas: Deméter, Diosa Madre, protectora del matrimonio y de los Misterios de la Naturaleza y a la Diosa Hécate Diosa de oscuridad, de la magia, de lo profundo y desconocido….



Numerosas ofrendas o exvotos de bronce fueron encontrados por todo el cerro; muchos de ellos realizados en los hornos hallados próximos al templo siendo comprados por los peregrinos como ofrenda a la Diosa. En el Museo arqueológico de Murcia se encuentra el busto de la Diosa Deméter hallada en el recinto; es de mármol blanco con corona en forma de nudo de Hércules.



(El nudo de Hércules es famoso a lo largo de la historia: tiene su origen en el Antiguo Egipto, al que le llamaban nudo de Isis y se popularizó en Grecia y Roma como amuleto protector; todavía hoy en día se sigue utilizando en los casamientos entre hombre y mujer donde simboliza la unión de los esposos y la virginidad de la esposa). Este busto tiene roturas y marcas de agresión sacrílega y profanación que debieron ocurrir sobre el siglo I antes de Cristo. 



En la parte oriental del templo, tenemos la posible existencia del adytum o estancia reservada como subterráneo dedicado a la Diosa Hécate.

Según las investigaciones de la Universidad de Murcia, que ha realizado un exhaustivo trabajo de investigación de toda la zona, la reconstrucción del templo “nos aproxima de modo concluyente al esquema marcado por los Misterios de Eleusis y su exitosa difusión hacia el Mediterráneo Occidental”. “…Parece pervivir un culto asociable a las divinidades Deméter- Perséfone-Hécate, en torno al ciclo anual de fertilidad- fecundidad…”.

Las excavaciones arqueológicas en el Santuario, el estudio de su entorno más inmediato y de los materiales hallados han generado una importante bibliografía publicada en revistas especializadas que se ha convertido en uno de los principales referentes de la arqueológica ibérica. 

Mucho de lo encontrado en este cerro, fue cristianizado, haciéndose monasterios, conventos y santuarios. Sin embargo, y a pesar de ello, es un lugar especial y ello lo demuestra la cantidad de hallazgos encontrados por la zona. Nuestros antepasados no hacían las cosas por hacer, las hacían con un objetivo, con un propósito y en lugares de gran influencia telúrica- magnética para que las personas nos nutramos de ellas. 

Esta es una de las maravillas que guarda esta enigmática sierra de Carrascoy. Vale la pena acercarse a este misterioso cerro y a su centro de interpretación que tiene, entre otras cosas, una reconstrucción en maqueta del Santuario de la Luz y realizan visitas guiadas por la zona mostrando gran parte de los hallazgos encontrados hasta la fecha. Un lugar curioso y misterioso para todas las culturas que han pasado por Murcia, ¿por qué será?...

Sierra Espuña

Continuamos el misterioso viaje por la Región de Murcia. 

Como ya hemos dicho, esta región está enriquecida por diversas culturas que a lo largo de siglos han dejado testimonios culturales, sociales y religiosos de gran relevancia. Sus parajes naturales tanto de mar como de tierra dejan escondidos lugares que no dejan indiferentes a nuestros sentidos: Sierra Espuña es uno de ellos.

Sierra Espuña es un macizo montañoso de roca caliza de 1.500 metros de altitud sobre el nivel del mar.  El uso de la Sierra ha sido muy intenso desde tiempos prehistóricos, como así lo atestiguan los restos arqueológicos encontrados y otras construcciones que han llegado hasta nuestros días. Tiene un enriquecedor Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural y una diversidad de fauna y vegetación muy amplia e interesante.

Gran parte de los murcianos son conocedores de los pintorescos pueblos que confluyen en esta Sierra como Aledo, los Pozos de la nieve o las magníficas rutas de senderismo que hay por toda la zona, entrando en contacto con la Naturaleza en su estado más puro y con ello, recibiendo poderosas influencias. Sin embargo, son menos los que conocen los lugares menos turísticos, pero, a la vez, más misteriosos.

Demos unas pocas pinceladas de lo que esconde esta Sierra para, si tenemos oportunidad, acercarnos a descubrir lugares inimaginables que están al alcance de la mano.

Empezamos por Alhama de Murcia. Como su nombre ya indica, su origen es árabe, los musulmanes tuvieron un gran refugio en muchos lugares de esta sierra. Aunque parezca increíble, se vincula con afloramientos de aguas termales; Alhama vendría del árabe Al- hamma, que significa "el baño termal". Lo más curioso  y característico de Alhama es su castillo: musulmán del siglo XII,  cuya función era controlar el itinerario por el valle del Guadalentín hacia el Reino de Granada. Pero menos conocido es el “barranco de Gebas”. Se encuentran a unos 9 km de Alhama y es uno de los espacios protegidos de la Región de Murcia.


    Si alguien quiere ver un paisaje lunar, que se acerque a este peculiar barranco. Formado por baldías o badlands (paisaje de árido y de litología rica en lutitas (tipo de roca sedimentaria muy peculiar) extensamente erosionado por el agua y el viento, debido a la falta de vegetación. Compuesto por cárcavas, cañones y barrancos. Digno de visitar y de impregnarnos de una Naturaleza un tanto diferente a lo habitual.

Totana es otro de esos pueblos con un algo especial. Según la historia, estaba formado por los judíos inmigrantes de la provincia de Tarraconense, expulsados de allí debido a su afán por las relaciones incestuosas, convirtiéndose en un arrabal de Aledo hasta que Castilla y Aragón conquistaron la zona. 

                    

Totana guarda en su municipio un Santuario muy hermoso llamado “La Santa”, que no tiene nada que ver con la “Fuensanta” de Murcia. Se encuentra en la falda de Sierra Espuña a unos 7km. del pueblo, en un paraje lleno de árboles, jardines y mucha tranquilidad. Allí se venera a Santa Eulalia, patrona del pueblo, a la cual tienen mucha devoción. 

Construido por los Caballeros de la Orden de Santiago, en unas tierras cedidas por el rey Alfonso X El Sabio en el siglo XIII sobre una cueva o gruta que custodiaba un ermitaño. La orden de Santiago eligió este lugar para la construcción de la ermita al ver salir una blanca paloma de la cueva anteriormente mencionada. 

                                 

        La iglesia es de estilo toscano formada por una nave central de forma rectangular, la cubierta es a dos aguas con techo de madera y artesonado mudéjar. Las paredes están recubiertas de pinturas que datan de 1624, y hacen alusión a la vida y milagros que la Santa y Jesucristo hacían a los que la invocaban o acudían a pedir algún favor.

La imagen de la Santa sostiene en sus manos símbolos muy característicos de las Enseñanzas esotéricas.

A escasos metros del santuario, subiendo un pequeño cerro, han realizado un vía crucis con hermosas esculturas representado el gran sufrimiento que padeció Jesús hasta llegar al Gólgota y en cuyo culmen está Jesucristo resucitado protegiendo a todo el valle del Guadalentín, río que riega toda esta zona. Le llaman “sendero del mirador del Corazón de Jesús”.

Es una Iglesia peculiar y mucho más si añadimos los datos que fue hecha por los caballeros de la Orden de Santiago y que Eulalia, es el nombre con que se cristianizó el culto a Cibeles, la poseedora de los misterios de las energías creadoras, en toda la geografía española.

                   

       Más Totana también guarda una joya de la arqueología: La Bastida de Totana, yacimiento arqueológico perteneciente a la cultura argárica 2200-1550 a c. (primeros siglos de la edad del bronce). La sociedad de El Argar supuso un hito en el desarrollo de la vida sedentaria y el urbanismo, en el despegue de la metalurgia y en la formación de las desigualdades políticas y económicas. En el entorno de La Bastida hay además varios yacimientos prehistóricos conocidos desde antiguo: Campico del Centeno, Cueva de los Blanquizares, Campico de Lébor, Cabezo de Juan Clímaco, Cejo del Pantano y La Serrecica, Todos son calcolíticos menos los dos últimos, que corresponden al Paleolítico y al Bronce Final, respectivamente.

        Se trata de uno de los poblados más extensos de la Europa continental y está considerado como uno de los asentamientos más importantes de la Prehistoria reciente europea. Su antigüedad y el alzado conservado de muros y torres convierten este hallazgo en uno de los más importantes de la arqueología europea de los últimos años. Las excavaciones arqueológicas comenzadas en 1869 han descubierto hasta ahora una ciudad de unos 40.000 metros cuadrados que estuvo habitada por un millar de personas. Además, el hallazgo de un sistema de fortificación reafirma que el asentamiento era, junto a la civilización de Creta, el asentamiento más desarrollado de Europa en términos políticos y militares en la Edad del Bronce.

        Uno de los aspectos que más interés ha levantado de los descubrimientos del yacimiento arqueológico gira en torno a los métodos de enterramiento que allí se llevaron a cabo. Como en otros poblados argáricos, las tumbas se hallan bajo los pisos de los edificios. Buena parte son urnas de cerámica que contienen el esqueleto de una criatura de menos de 5 años. La mortalidad infantil a finales del periodo argárico era elevada debido a la gran cantidad de enfermedades infecciosas.


 El ritual funerario mayoritario es la inhumación individual. Sin embargo, algunas tumbas contienen dos esqueletos: hombre y mujer, hombre y criatura y, en un solo caso, dos hombres. Esta última combinación es inusual en la sociedad argárica y abre el debate sobre cuál pudo ser la relación de consanguinidad o de afinidad entre ambos individuos. Se han documentado un total de 237 tumbas. El ritual de enterramiento argárico se caracteriza, en primera instancia, por la inhumación bajo el suelo,  acogiendo uno o, con menos frecuencia, dos cadáveres, en el interior de recipientes cerámicos, cistas (o «cajas») de piedra, pequeñas cuevas artificiales («covachas») y fosas, simples o revestidas de piedras. Los cuerpos acostumbran a colocarse en posición fetal sobre uno de los costados, aunque en algunos casos el cuerpo se dispone en posición supina con las piernas ladeadas.
Las instalaciones situadas al pie del yacimiento han sentado las bases para la fundación de un centro de investigación y de difusión, en el marco de un  parque arqueológico. 
Prestigiosas entidades como la Universidad de Barcelona, National Geographic   y el programa “cuarto milenio”, han venido a estudiar y a seguir investigando este magnífico hallazgo permitiéndonos conocer un poco más como era la vida de nuestros antepasados.

Como podemos observar, muy cerca de donde vivimos, tenemos lugares que no nos dejarán indiferentes. Son fuente de conocimiento, pues nuestros antepasados sentaron las bases de nuestra sociedad actual.

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